Cámara

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domingo, 24 de julio de 2011

Crónicas Vampiricas

Quizá, por algún súblime milagro, la Muerte está viva y nos toma en sus brazos, y esa figura que se acerca no es un vampiro, sino la personificación misma del paraíso y sus bienaventuranzas. 
Y con ella nos alzamos más y más, hacia las estrellas. Dejamos atrás los ángeles y los santos, dejamos atrás la luz misma y penetramos en el divina oscuridad, en el vacío, al tiempo que dejamos atrás la existencia. Y todos nuestros actos son perdonados y disueltos en el olvido.

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